Esta es la primera de tres partes de una entrevista que se realizó a Tamura sensei en 1983 por la revista Bushido. Gracias a Eric por haberla rescatado.
Este año, Nobuyoshi Tamura, normalmente reconocido como el más grande maestro de Aikido de Europa, a sus 50 años 8º dan y director técnico de la federación europea de Aikido.
Tamura sensei, con un estilo eficaz y depurado, no busca impresionar por el espectáculo ni intimidar por su potencia. Tamura sensei es un hombre modesto, cercano, a la vez que sencillo y fino. Sobre el tatami, se puede sentir su perfecionismo remarcado por el humor y su eterno guiño de ojo. Pero el maestro Tamura enseña sobretodo a través del corazón. Se trata también de un hombre muy unido a su familia.
El encuentro de Bushido con el Sensei fue durante un curso, su mujer Rumiko y dos de sus tres hijos estaban entre los practicantes. Pero él incluye a sus discípulos en lo que forma su familia, incluso los niños prodigio... Enseñando en Francia desde hace 19 años y creador del método Nacional, Maestro Tamura se encuentra hoy, después de haber roto con el todo poderoso FFJDA, un disidente del Aikido oficial y abandonado por la mitad de sus discípulos más cercanos.
Nobuyoshi Tamura habla del recuerdo de sus comienzos en el Aikido, del desarrollo del Aikido en Francia y del dolor de ser Maestro.
Tamura: Llegar a ser fuerte. Esta motivación es universal. Pero es verdad que en esa época no teníamos un modelo de hombre fuerte. Hasta mi generación, el modelo era aquel del guerrero, por ejemplo, durante mi infancia, el héroe era el piloto de guerra. Sabéis que durante la guerra, los jóvenes intelectuales eran llevados voluntarios para ser kamikaze, y las fuerzas vitales del Japón han sido casi todas diezmadas. Pero desde Hiroshima, Japón a renunciado a la guerra.
La posguerra en Japón
Bushido: Entonces, ¿usted forma parte de la generación perdida?
Tamura: No, la que llaman generación perdida, es aquella anterior a la mía, osea, los supervivientes adultos de la guerra y particularmente los soldados que hubieran querido morir en vez de aceptar la derrota. Este es el caso por ejemplo de Tadashi Abe, mi predecesor en el desarrollo del Aikido en Francia, que se había ofrecido voluntario para ser Kamikaze, pero no había más torpedos de avión.
Bushido: ¿Estaba usted también perdido, después de la guerra?
Tamura: Sí. Mi sueño de niño era ser oficial, y se rompió. En la escuela, me preguntaban que qué quería hacer, pero no lo sabía.
Bushido: ¿Le pareció entonces que las artes marciales eran una solución para usted?
Tamura: Aún no. Fué a través del Maestro Oshawa que tuve conocimiento del Aikido.
Bushido: ¿El fundador del método de la alimentación macrobiótica?
Tamura: Fué más que eso. No lo saben en Europa, pero él era una especie de Sócrates para la juventud japonesa. Junto a él, mientras vivíamos bajo la ocupación, encontramos un significado a ese mundo cambiado.
Bushido: Era un filósofo.
Tamura: Y sanador. Lo conocí cuando venía a casa a curar a mi padre a través de su régimen. Tras los años de hambruna de la guerra, hacía falta coraje para proponer a los enfermos arroz completo! El racionamiento de la comida duró en mi casa hasta 1952. Después mi padre murió. Cuando tuve 16 años dejé la escuela, me fui de Tokyo a Hokkaido, para hacer pequeños trabajos por aquí y por allá. Después entrando en Tokyo, fui a vivir con el Maestro Oshawa. Tenía una casa donde acogía a jóvenes. Era un hombre increíble. Dormía muy poco, escribiendo o leyendo hasta muy tarde. Pero siempre, cuando nos levantamos para el desayuno, encontrábamos al Maestro ya levantado, barriendo la casa mientras silbaba. Cada día teníamos entrevistas con él, donde nos recomendaba un libro o comentaba algún artículo del periódico. Más tarde Oshawa nos hablaba de japoneses que fueron a Europa para dar a conocer las artes marciales: como el Maestro Minoru Mochizuki, por ejemplo, el primero en introducir el Aikido en Francia. Fue entonces cuando tuve curiosidad por saber qué era el Aikido.