Estas son las sensaciones de una nueva alumna de Sei Ryu Kan Valencia. Muchas gracias Firea!
Meditación en el Mar Báltico de César de la Cal
Siempre he estado buscando algo en mi vida. He buscado siempre fuera, en otros seres, en ambientes que jamás había conocido. Me alejaba continuamente de lo que me representaba porque lo consideraba vacío.
En efecto era vacío, porque cuando buscas fuera nada tiene sentido. Mi deambular me llevó a comprender finalmente que no buscaba algo externo. Me buscaba a mí misma... Y para buscar la esencia debes ir hacia dentro. Hacia lo más pequeño. Rescatarlo, llevarlo a la superficie y brillar literalmente convirtiéndolo de manera natural en algo grande, algo cada vez mayor y que contagia a quien te toca o te siente.
Mis pasos me acercaron a la convicción de que no bastaba ser durante algunos momentos. Se trata de ser siempre. De sentirte tal y como eres, de ser capaz de estar en contacto con cada ápice de tu ser. Cada célula, cada músculo…
Tenía que trabajar mi cuerpo, pero trabajarlo desde mi espíritu. No me bastaba el ejercicio aislado, meramente deportivo. Fue entonces cuando descubrí el Aikido.
Alguien que conozco desde no hace mucho me dijo que si quería acudir a una clase. Y allí estaba un miércoles cualquiera. Tengo que reconocer que soy muy curiosa, pero pensaba que no me gustaría. Sin embargo, algo me arrastró hacia allí. No sabía qué me atraía, pero simplemente me dejé llevar por la certidumbre de que estaba en el lugar adecuado.
Ese día sólo observé la clase. No sólo miré y aprendí lo que veía. Me centré en lo que sentí.
Y sentí muchas cosas.
Los movimientos no se basaban en algo aprendido. Se trataba de sentir el movimiento. El camino correcto para realizar algo. No eran una panda de gente dedicada a entrenarse para adquirir un conocimiento práctico, pero vacío y superficial.
Amaban lo que estaban practicando. Se podía percibir en el ambiente. No corregían sus posturas desde el intelecto, si no desde la sensación de estar en línea consigo mismo. Desde el más veterano hasta el que llevaba poco tiempo.
Todos heterogéneos, pero unidos por su actitud de superación, perfección y compañerismo.
Uno de ellos se centra en comprender el mundo que le rodea mediante el perfeccionamiento del arte. Otro deslumbra con su actitud; su lucha contra la rigidez. Su victoria es diaria. Otro es consciente de su timidez y la supera cuando practica. Los nuevos como yo son ante todo como niños que descubren su cuerpo. Amables y cálidos.
La base de esa práctica tan intensa de conocimiento emanaba de una persona. Él transmite de manera natural, carente de soberbia, lo que sabe. Sus movimientos eran suaves, pero consistentes. El respeto ante sus alumnos es primordial. Su interés centrado totalmente en observar y sentir; no sólo lo que enseña, si no lo que percibe de las personas que le escuchan.
La energía que catalizaba y emitía como una llama cálida era perfectamente perceptible en el entorno.
En efecto, me encontraba en el lugar adecuado. El conjunto de ese lugar y sus gentes eran afines a lo que necesitaba. La semana siguiente decidí sentir de otra manera. Así que entré en el Dojo y practiqué por primera vez Aikido. Lo que había sentido desde fuera lo corroboré dentro.
Fui consciente de mis rigideces: físicas y mentales. Pero también lo fui de mis capacidades sin explorar. En ningún momento me sentí fuera de lugar, a pesar de que acababa de llegar.
Sentí un respeto inconmensurable por mis compañeros y por el que se acaba de convertir en mi sensei. Espero que con el tiempo permanezca esa sensación.
Seguí un camino durante mucho tiempo, el de la separación del alma y del cuerpo. Ahora me desvío y cojo otro. El de la unificación de lo tangible y de lo intangible.
No hay caminos mejores ni peores. Sólo caminos y somos capaces de elegir en cada momento hacia dónde y cómo queremos caminar.
Gracias a todos los miembros del Dojo Sei Ryu Kan. Ahora formáis parte de mi nuevo mundo inexplorado. Intuyo que será un placer caminar con vosotros.
Firea
Waiting zoris de AlegriaDeLaHuerta
Muchas gracias por considerar útil mi escrito.
ResponderEliminarEspero que llegue a la gente el espíritu del dojo.
Es un honor formar parte de Sei Ryu Kan y de que aceptes como alumna.
Un saludo Sensei.
Es un honor, gracias :)
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